lunes, 24 de septiembre de 2012

Secuestrados, by Miguel Ángel Vivas

Me reí mucho leyendo la crítica de mi amiga Valdemar sobre esta película. Decía ella que Fernando Cayo es un señor bastante gafe y que es un peligro para irse a vivir con él a las afueras. El caso es que a mí me sonaba la cara de este tío pero hasta que no leí su comentario no me acordé de que efectivamente era el papá del niño de “El orfanato”. Pues sí, chica, y añado algo más: ser pariente de este señor tiene un nivel de riesgo como para pensárselo.

En fin, mucho plano secuencia y mucha pantalla doble, pero muy poca chicha. Por cierto, Vivas te planta las pantallas dobles en los momentos más tensos y te vuelves loca mirando para un lado y para el otro. En un plano la madre y la hija chillando, en el otro el padre a punto de cargarse al secuestrador… Eso no es cine, eso es mala leche. Al final no te enteras ni de lo que pasa en un lado ni en el otro pero sí te estresas un huevo.

Luego muchos gritos, mucha hiperventilación y muchísima casquería…. Vamos, hay una escena en la que la chica incluso resbala a causa de la sangre y las vísceras. Este director debería tener cuidado porque cualquier día se le escalabra en un rodaje un empleado entre tanta excrecencia plasmática y pa qué queremos más.

Y en fin, también mucho tópico. Pero de todos los topicazos del género yo el que peor llevo es el del secuestrador violador. No me parece serio, creo que es intrusismo criminal. En la delincuencia cada uno tiene su especialidad, como en cualquier otro sector. Me parece una tomadura de pelo que todos los delincuentes estén más salidos que el pico una plancha y siempre anden metiendo mano a las protas buenorras. Un poquito de porfavor! Dónde esta la profesionalidad? Vaya mierda de secuestradores, macho!

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