Película de Polanski, basada en una novela de Arturo Pérez Reverte y con participación de Enrique Urbizu en el guión. Suena bien, eh? Bueno, pues como casi todo lo que suena bien de primeras termina sonando como el culo.
Vaya por delante que leí "El club Dumas" hace mogollón de años y que no me acuerdo de nada. Vamos, que no puedo establecer comparativas con la novela, ni para bien ni para mal. Sólo puedo decir que la película es una especie de "Código da Vinci" pero a lo Polanski, o sea, con la semilla del diablo de fondo. Sé que Polanski es un apasionado del género demoníaco, pero... realmente era necesario esto, Roman?
Desde el principio todo es un puro disparate. Un bibliófilo fumando y bebiendo coñac mientras estudia un tesoro bibliográfico del siglo XVII???? Y el mismo bibliófilo paseando por toda Europa en un macuto un ejemplar único de incalculable valor????? Pero qué me estás contando????
Claro que para personaje imposible el feliz dueño del ejemplar, un coleccionista que tiene un pedazo de bunker para guardar su colección con toda clase de medidas de seguridad, y sin embargo le entrega tranquilamente su más preciado volumen a Deep, un pringao que vive en un apartamentucho de mierda, para que se lo lleve a su casa y analice si es auténtico o no. Madre mía, qué nivel de confianza! Es como si el director del Louvre le entregara la Mona Lisa a la restauradora del Ecce Homo de Lorca para que se la llevara a casa a hacerle un arreglito.
En fin, como bibliófila aficionadilla, me pasé toda la película sufriendo y mordiéndome las uñas cada vez que veía a Johnny Deep fumando mientras manipulaba el supuesto tesoro de la corona, y pasando las páginas como si del Pronto o el Diez minutos se tratara, que sólo le faltaba chuparse el dedo para pasarlas. Claro que si te fijas en el ejemplar en cuestión ya te das cuenta de que las posibilidades de que eso sea un libro antiguo auténtico son las mismas de que la momia de Tutankamon se levante mañana cantando el Porompompero. Unas hojas blancas y limpias como la patena, una encuadernación impecable, ni un signo de deterioro, ni una leve manchita de humedad... Que digo yo que no es tan complicado hacer que un libro parezca viejo, Polanski, tío.
Coñac va coñac viene, whisky va whisky viene, cigarrito va cigarrito viene... Todo esto justo encima del famoso ejemplar único. Y venga a echarle ceniza encima, toma ya! Creo que no había sufrido tanto viendo una película desde "Precious". Y por lo menos Precious era una petarda llorona y a ratos daban ganas de asesinarla pero este pobre libro... qué coño había hecho para tener todo el día al puto pirata del Caribe este echándole ceniza sin piedad?
Vaya por delante que leí "El club Dumas" hace mogollón de años y que no me acuerdo de nada. Vamos, que no puedo establecer comparativas con la novela, ni para bien ni para mal. Sólo puedo decir que la película es una especie de "Código da Vinci" pero a lo Polanski, o sea, con la semilla del diablo de fondo. Sé que Polanski es un apasionado del género demoníaco, pero... realmente era necesario esto, Roman?
Desde el principio todo es un puro disparate. Un bibliófilo fumando y bebiendo coñac mientras estudia un tesoro bibliográfico del siglo XVII???? Y el mismo bibliófilo paseando por toda Europa en un macuto un ejemplar único de incalculable valor????? Pero qué me estás contando????
Claro que para personaje imposible el feliz dueño del ejemplar, un coleccionista que tiene un pedazo de bunker para guardar su colección con toda clase de medidas de seguridad, y sin embargo le entrega tranquilamente su más preciado volumen a Deep, un pringao que vive en un apartamentucho de mierda, para que se lo lleve a su casa y analice si es auténtico o no. Madre mía, qué nivel de confianza! Es como si el director del Louvre le entregara la Mona Lisa a la restauradora del Ecce Homo de Lorca para que se la llevara a casa a hacerle un arreglito.
En fin, como bibliófila aficionadilla, me pasé toda la película sufriendo y mordiéndome las uñas cada vez que veía a Johnny Deep fumando mientras manipulaba el supuesto tesoro de la corona, y pasando las páginas como si del Pronto o el Diez minutos se tratara, que sólo le faltaba chuparse el dedo para pasarlas. Claro que si te fijas en el ejemplar en cuestión ya te das cuenta de que las posibilidades de que eso sea un libro antiguo auténtico son las mismas de que la momia de Tutankamon se levante mañana cantando el Porompompero. Unas hojas blancas y limpias como la patena, una encuadernación impecable, ni un signo de deterioro, ni una leve manchita de humedad... Que digo yo que no es tan complicado hacer que un libro parezca viejo, Polanski, tío.
Coñac va coñac viene, whisky va whisky viene, cigarrito va cigarrito viene... Todo esto justo encima del famoso ejemplar único. Y venga a echarle ceniza encima, toma ya! Creo que no había sufrido tanto viendo una película desde "Precious". Y por lo menos Precious era una petarda llorona y a ratos daban ganas de asesinarla pero este pobre libro... qué coño había hecho para tener todo el día al puto pirata del Caribe este echándole ceniza sin piedad?
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