De esta película me gustó de entrada el título; lo encontré sugerente y delicado. Me gustó también la sinopsis: una historia de cinco mujeres en crisis. Bueno, soy mujer y las mujeres con frecuencia nos sentimos identificadas con algunos personajes femeninos; si son cinco las posibilidades aumentan. Me gustó muchísimo buena parte del reparto que interpreta a esas mujeres: Glenn Close, Holly Hunter... En principio no me convencía Cameron Diaz, pero bueno, siempre hay que darle una oportunidad a la gente. Me encantó también una frase que leí en una crítica: "Película quizás no apta para todo el mundo, gustará sobre todo a aquellos que entienden más de la pequeñez de las personas que de la grandeza de los conceptos". Vale, creo que soy una de esas personas. Y finalmente me gustó que no fuera una de esas pelis multitudinarias con 1000 críticas; nada, apenas 30. En fin, que tenía muchos factores a favor y casi ninguno en contra.
Luego me enteré de que el director, el tal Rodrigo García, es hijo de Gabriel García Márquez, y pensé: con nada que esta astilla haya heredado algo del palo que lo engendró, esto me va a encantar. Mirando más cosas sobre el nene me entero de que forma parte del equipo de realizadores de series de culto como "Los Soprano", "A dos metros bajo tierra", "Carnivàle" o "En terapia". El tío malo del todo no debe de ser.
Pues bien, tengo que decir que no defraudó mis expectativas en absoluto. Se trata de una serie de historias cruzadas, sucesivamente planteadas, en las que los personajes secundarios de unas se convierten en protagonistas de otras. Vamos, como la vida misma. En todas nuestras vidas hay personajes secundarios que al mismo tiempo son protagonistas de la suya propia, en la que nosotros somos los secundarios.
A lo largo de estas historias se representa el universo femenino al completo, aborda desde lo más íntimo y privado a los aspectos sociales: el embarazo, los hijos, el aborto, el cuidado de mayores, el amor en sus posibles variantes, la soledad, la enfermedad, la muerte... Vamos, un completo.. Es difícil no sentirse un poco identificada, si no con un personaje en concreto, sí con partes de cada uno o con el conjunto.
Las actrices en general hacen un trabajo magnífico. Incluso Cameron Díaz me ha conseguido sorprender en su papel de ciega sarcástica, promiscua y aterrorizada por la soledad. Glenn Close también está estupenda interpretando a la doctora aparentemente independiente pero desesperada por encontrar un poco de amor; a destacar la conversación inicial con la vidente, la cara de Close ante los detalles de su vida que le va revelando es un verdadero poema. Pero si tuviera que quedarme con un personaje y una actriz, sin duda sería con Holly Hunter, esa directora de banco que comparte su tabaco con una indigente. Su historia sobrecoge principalmente por la sobriedad de la interpretación a pesar de la intensa carga dramática del papel.
El final es una puerta abierta a la esperanza, un canto al disfrute de las pequeñas cosas. Mira por dónde va a resultar que sí, que soy una de esas personas que, como decía aquella crítica, entienden más de "la pequeñez de las personas que de la grandeza de los conceptos".
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