martes, 3 de abril de 2012

Despertares, by Penny Marshall

Cuando alguna gente habla de sensiblería y lágrima fácil en "Despertares" me pregunto cómo harían ellos una película sobre un grupo de personas catatónicas que de repente despiertan a la vida gracias a un tratamiento experimental. Me pregunto si serían capaces de hacerlo con asepsia total, o cómo afrontarían la intensa carga emocional de una historia como ésta.

En fin, para mí es evidente que el propio hilo argumental conlleva inexorablemente ese exacerbamiento de las emociones. Y conste que creo que hay una gran contención interpretativa; por ejemplo, Robin Wiliams está irreconocible por lo sobrio y modosito. De Niro está imponente, aunque por supuesto a él no se le puede pedir contención para su personaje, dado que padece contínuos tics, convulsiones y espasmos musculares de todo tipo. Con todo, creo que hace una interpretación memorable, dotando al personaje de un punto entre tierno y rebelde como sólo él podría darle.

Por si este duelo actoral tremendo fuera poco, destacar también una breve aparición de otro mito del cine, Max von Sydow, en un papel corto pero con sustancia. Será él quien explique al doctor Sayer (Williams) cómo se produjo la epidemia que dio lugar al estado catatónico de sus pacientes. Esa escena inevitablemente pone los pelos de punta y conmueve intensamente; es atroz pensar que una persona, en tan poco espacio de tiempo pueda verse, por un azar, en una situación como ésa.

Y bueno, luego está la parte lúdico-festiva obligada en este tipo de pelis: el paseo con los resucitados, las escenas de baile... en fin, sí, ahí coincido con algunos en que podría sobrar buena parte de paja. En cambio el final me parece demoledor. No diré cuál es el desenlace del experimento pero sí anuncio que es imposible no llorar. Que es de lágrima fácil? Pues sí. Y qué? Con lo que a mí me cuesta echar una leve gotilla, anda que no se agradece!

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