El director británico Nigel Cole debuta con esta historia en el cine yanqui y la caga hasta las trancas. Ese peculiar estilillo british que hasta entonces le había granjeado el favor de la crítica (aunque no el mío, puesto que nunca me ha convencido demasiado) desaparece por completo y se lanza de cabeza a la más repugnante comercialidad con esta topiquísima "comedia romántica" de ínfima calidad.
Hay que reconocer que el hombre hace un esfuerzo importante por escapar del edulcoramiento propio del género, lo cual es muy de agradecer, aunque en la huída cae en la más absoluta sosería y en el más terrible petardeo.
De los dos protagonistas tal vez se salva una mijilla Ashton Kutcher, que a pesar de tener una cara pelín tontorroncilla e insulsa, el muchacho se curra el personaje y consigue al final incluso despertar cierta simpatía. Desde luego sin exagerar.
En definitiva, a juzgar por lo que vemos en la comedia romántica americana, el amor lo que tiene es que es insoportablemente aburrido y espantosamente previsible. Un asco.
Lo mejor: en esta comedia no salen niños. Bueno, sí, sale uno pero es pequeño y no habla.
Lo peor: todo lo demás.
Hay que reconocer que el hombre hace un esfuerzo importante por escapar del edulcoramiento propio del género, lo cual es muy de agradecer, aunque en la huída cae en la más absoluta sosería y en el más terrible petardeo.
De los dos protagonistas tal vez se salva una mijilla Ashton Kutcher, que a pesar de tener una cara pelín tontorroncilla e insulsa, el muchacho se curra el personaje y consigue al final incluso despertar cierta simpatía. Desde luego sin exagerar.
En definitiva, a juzgar por lo que vemos en la comedia romántica americana, el amor lo que tiene es que es insoportablemente aburrido y espantosamente previsible. Un asco.
Lo mejor: en esta comedia no salen niños. Bueno, sí, sale uno pero es pequeño y no habla.
Lo peor: todo lo demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario