Siempre me pasa igual. Digo "que no que no y que no, que no me veo ni una más de la guerra civil o de la posguerra", y luego donde dije digo digo diego y al final me las trago todas, una a una. Por qué? Pues porque soy una prima, y siempre me creo que va a ser diferente o que esta vez el Goya se lo dieron al actor o a la actriz correspondiente porque de verdad se lo merecía o vete tú a saber.
Bueno, pues como era de suponer, vuelve a ser más de lo mismo. Por eso me voy a limitar a repetir aquí una crítica que tengo sobre otra de sus congéneres, y así me ahorro el esfuerzo. Ésta es mi crítica:
"Másdelomismo, másdelomismo, másdelomismo, másdelomismo, másdelomismo y másdelomismo.
La historia másdelomismo. La ambientación másdelomismo. Los diálogos másdelomismo. Las actuaciones másdelomismo. Los buenos másdelomismo. Los malos malísimos másdelomismo. Y por supuesto el mensaje político másdelomismo.
De verdad, no es que yo crea que es malo hacer películas ambientadas en la posguerra española, vamos, en la dictadura. Es que creo que de vez en cuando debería hacerse alguna película ambientada en otra época. Para disimular y eso.
Es cansino, es insoportablemente aburrido, todas las historias son iguales, todas se llevan luego un montón de goyas, en todas hay un tufo a victimismo reconcentrado y a ajuste de cuentas que echa patrás. Y todas son muuuuy oscuras, muy lúgubres, transcurren en casas que nunca abren sus ventanas ni sus puertas, casi que el olor a cerrado y a cutrez traspasa la pantalla. Es que nunca se cansan de hacer la misma película, joder?"
Si adivinas de dónde me he autoplagiado tienes premio.
Ah, y como era de esperar, María León no es ninguna excepción. Interpreta su personaje como interpretaría uno de los Álvarez Quintero: un acento andaluz muy exagerado y muy cutre que, si eres de la tierra, da más risa que otra cosa. Y los diálogos tampoco ayudan demasiado, así que otro Goya by the face a la posguerra. Y van chiquicientosmil.
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