jueves, 12 de abril de 2012

Nunca me abandones (Never let me go), by Mark Romanek

La verdad es que había leído unas críticas tan inquietantes sobre esta película que ya estaba sobrecogida antes de empezar a verla, con el corazón hecho un gurruño, preparada para lo peor. Tengo una edad que ya no puede una ponerse a ver cualquier cosa así a pelo, sin antes haber tomado todas las precauciones pertinentes, por si las moscas, que el infarto, el ictus o el patatús pueden estar a la vuelta de la esquina a poco que te descuides.

Y vaya si lo hice bien, porque yendo bien preparada conseguí librarme milagrosamente de la posible urticaria que me hubiera sobrevenido con toda probabilidad de haber visto esto a pelo, sin preparativos.

Voy a intentar contarlo sin contarlo del todo. Es difícil, eh? Veamos. Hay unos niños que en realidad no son como todos los niños, sino que son niños especiales. Estos niños tienen un futuro ya marcado pero ellos, que son muy valientes, intentarán huir de él. No sé, la verdad, en qué se diferencian estos niños del niño español actual, por ejemplo; un niño que tiene el futuro supermarcadísimo, vamos, la emigración es su único porvenir posible. Y naturalmente intentará huir de él quedándose aquí trabajando de camarero o algo así. Vale, sí, es verdad que mi sensibilidad como espectadora está en sus momentos más bajos, todo hay que decirlo.

Lo mejor? El peinado ya de mayor de Carey "Caradeniña" Mulligan. Joder, de hecho es el mismo peinado que yo me he hecho recientemente! Estas casualidades me impresionan un montón siempre. Es lo que más me ha gustado de la película, creo que con eso lo digo todo.

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