jueves, 17 de marzo de 2011

88 minutos, by John Avnet

Mala es decir poco; es peor todavía. Una se plantea: si este hombre con ese pelucón puede hacer tantísimas cosas en 88 minutos, a mí es que no me cunde nada el tiempo. Soy un desastre. En el spoiler hablo de esto con más detalle.

Pero no es sólo el tiempo. Es un Al Pacino que ya no es ningún galán levantando pasiones entre jovencitas veinteañeras. Vale que Pacino es un tipo con bastante atractivo personal, pero joder, es que es un señor de 70 años. Un poquito de por favor. No es tanto pedir una mijilla de verosimilitud en las relaciones entre los personajes, digo yo. Y tampoco estaría de más que los actores, llegados a una edad, tuvieran un poco de dignidad para elegir papeles acordes a ella y no pretendieran ir de galanes hasta frisar los 90.

Y luego están los diálogos, completamente absurdos. En ningún momento se van dando pistas al espectador, que es una de las bases de un thriller, para que al final, cuando se junten las piezas, se pueda decir "claaaaaaro, por eso pasaba esto y fulanito dijo aquello..." Aquí nada. No hay absolutamente nada en la película que apunte hacia nadie, o lo que es lo mismo, todo apunta hacia todo el mundo. Vamos, que el principio de pena, el desarrollo para llorar y el final... Bueno, el final, de verdad, si tenéis valor para quedaros a verlo, ya os enteraréis de lo que es un final chusco.

Vaya película plasta.
spoiler:
Te pasas todo el tiempo mirando el reloj y pensando cómo es posible que una persona pueda correr tantísimo en 88 minutos. Yo en ese tiempo podría ir de mi casa al trabajo un par de veces como mucho, y no vivo en una gran ciudad. Pues este señor amenazado de peinado imposible no sólo va y vuelve dos o tres veces a su casa, sino que casi le da tiempo de dar media clase en la Universidad, pasear por el campus, llegarse a casa de una chica asesinada, filosofar, contarle su vida a su compañera de aventuras, vivir un emocionante desalojo del campus por amenaza de bomba...

No hay comentarios:

Publicar un comentario