martes, 22 de marzo de 2011

Un gran amor, by Cameron Crowe

Abordé esta película preparada psicológicamente para un bodrio, y durante los 3 primeros cuartos de hora no me defraudó; en efecto parecía un bodrio y de campeonato. Ya me frotaba las manos pensando en la demoledora crítica que escribiría al día siguiente poniéndola a parir, cuando de repente... una escena inesperada, diferente, rara. Esto no es lo que parece:

-A qué piensas dedicarte, chico?

- A nada que implique comprar, vender o procesar. No pienso comprar nada que se venda ni se procese. No pienso vender nada que se compre ni se procese. Ni pienso procesar nada que se compre ni se venda.

-Ya, pero a qué piensas dedicarte?

- Tal vez al kick boxing

Oh cielos, un diálogo distinto, inesperado, sorprendente, felizmente ajeno a cualquier comedia romántica vista hasta el momento. Uffff, adiós crítica demoledora; lástima, otra vez será.

Pero nada, que no cunda el pánico. Sí, hay crítica demoledora. Esa escena y ese diálogo en el salón familiar de la protagonista sólo fueron un espejismo, un minúsculo haz de luz entre las brumas de la memez. Al final resultó lo que había parecido desde el principio, un bodrio de campeonato; me congratula decir que todas las apariencias no engañan.

Eso sí, la música sorprendentemente buena. Luego me he enterado leyendo cosillas que el director este, Crowe, escribía para la revista Rolling Stones.

Le doy 3 puntos por eso y por John Cusack, que es un crack y un pedazo actor como la copa un pino. Y el tercer punto por ese breve pero contundente diálogo que durante un par de minutos me hizo concebir falsas esperanzas.

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