jueves, 17 de marzo de 2011

Maridos y mujeres, by Woody Allen

Ni contigo ni sin ti. Ése podría ser poco más o menos el subtítulo de esta película a lo más puro Allen. O se le quiere o se le odia; está claro que no deja indiferente a nadie. Yo le adoro y creo que nadie cuenta las cosas como él. Tampoco todo el mundo tiene esa capacidad de captar el fondo de sus personajes ni de hacer trabajar a sus actores como si estuvieran en el salón de casa charlando con los amiguetes.

Me parece maravillosa la forma tan acertada de entender la pareja y su evolución a través del tiempo; cómo se van transformando los sentimientos, cómo va penetrando la rutina y de qué manera nos vamos acoplando los unos a los otros, en esa cómoda monotonía doméstica que sólo se convulsiona cuando aparece un tercero que lo pone todo patas arriba y obliga a replantearse la vida de principio a fin. Es elegante, es sutil, los diálogos no tienen desperdicio... En fin, que en el marco del cine conflictivo-emocional en el que se centra casi toda la obra de Allen, es imprescindible.

Recomiendo verla en casa con una buena copa de vino en la mano. Ese hombre ha hecho más por la cultura vitivinícola que todas las campañas dde marketing del mundo juntas.

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