miércoles, 30 de marzo de 2011

Cinco minutos de gloria, by Oliver Hirschbiegel

Es inevitable ver esta película y no establecer todo el tiempo paralelismos con nuestra propia historia y con el terrorismo de ETA. Está demasiado cerca el odio y el resentimiento, las ansias de venganza de una parte de la sociedad española y las pocas posibilidades de llegar a perdonar alguna vez.

Y es que de eso va "Cinco minutos de gloria".  En un arranque magistral, se nos muestra a los protagonistas en Irlanda, años 70,  cuando uno era un terrorista protestante novato y el otro el hermano de su primera y única víctima, además de testigo de su asesinato. A partir de ahí la película va degenerando hasta convertirse en una especie de panfleto pacifista y conciliador muy difícilmente digerible por sus excesos, a los que contribuye bastante la exageradísima actuación de James Nessbitt como hermano pequeño de la víctima incapaz de perdonar a su asesino.

Con todo y con eso hay partes salvables y dignas de mención.  La reflexión de Liam Neeson sobre lo que lleva a un terrorista a matar en un ambiente proclive a la violencia y políticamente exaltado debería incluso de estudiarse en las escuelas. Por nuestra propia historia como país pone los pelos de punta y seguro que muchos sabrán entender perfectamente de lo que habla. Y no me refiero sólo a ETA; también a nuestra guerra civil, a las cosas que a diario leemos y escuchamos en según qué medios ultras... En fin, da un poco de miedo.

La última parte, la del encuentro de los dos enemigos, de pura pena.  La peli se convierte en una mezcla de thriller, western y dramón victoriano que desmerece un montón del prometedor principio.

En definitiva, simplemente pasable.

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