jueves, 17 de marzo de 2011

Los tres días del Cóndor, by Sydney Pollack

La trama es interesante, desde luego, y consigue enganchar, pero hay tantos fallos de verosimilitud que da un poco de risa. Las interpretaciones en general bastante bien, sobre todo Redford y Max von Sydow. Hay algunos diálogos de antología como el final entre Redford y Cliff Robertson. Bueno, y la última pregunta que queda en el aire es uno de los mejores ends del cine de espionaje.

Pero a pesar de todos estos méritos indudables, está la falta de credibilidad de gran parte del guión. Pongo algunos ejemplos en el spoiler.
spoiler:
Redford ha perdido en la matanza a todos sus compañeros de trabajo, entre los que supuestamente está su propia novia, y esa misma noche se le pone contenta la pajarita como para tirarse a la Dunaway, que sí, que es una tía que está bastante buena, pero hombre, qué menos que un pequeño luto de doce horas por lo menos por tu novia, no? Ella también padece un síndrome de Estocolmo pelín precipitadillo, en tanto que no tiene que esperar ni esas mínimas doce horas tampoco.

Luego, los conocimientos en materia de ingeniería telefónica del protagonista y el lío que consigue formar entre líneas es un tanto sorprendente, cuando no directamente increíble. Él solito consigue engañar a toda la CIA, eso teniendo en cuenta que no es más que un simple lector al que se le presupone bastante poco formado en materias más enrevesadas del espionaje, como él mismo reconoce. Vamos, que ni el mismísimo 007 sería capaz de formar semejante pollo telefónico pa despistar al enemigo-amigo. Qué manejo de los cables, madre mía! A uno de mantenimiento así necesitaría yo permanente en mi casa.

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