miércoles, 23 de marzo de 2011

Diarios de motocicleta, by Walter Salles

A mí una cosa que me pasa con gran parte del cine latinoamericano es que no me entero de nada. El español de América a veces se me hace más enigmático que el chino y lo confieso sin pudor, por más que arrugo los ojos y frunzo el ceño en un vano intento de concentrarme, sigo sin pillar palabra. Lo bueno que tiene esto es que suplo mi incomprensión lingüística con grandes dosis de imaginación y elaboro yo mi propio guión en función del contexto, las expresiones de los actores, etc.  Bueno, es una forma de ver cine interactivamente; ellos ponen la cara y tú decides lo que están diciendo.

Un ejemplo. En "Diarios de motocicleta" hay una escena en la que los dos protagonistas intentan montar la tienda de campaña pero ésta sale volando por el aire. Naturalmente no se entiende nada de lo que dicen, entre el viento, los gritos y la jerga americana te quedas en blanco. Pues bien, mi propuesta de diálogo sería el siguiente:

- Agárrala bien, que se vuelaaaaaaaaaaaa.

- No puedooooo, el aire me llevaaaaaaaaa.

-Sos un boludo, la concha tu madre, que se vaaaaaaa.

-Una piedra, sujétala con una piedraaaaaaaaaa.

.La concha tu madre, se fueeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.

Mola, eh? Bueno, pues ya si le juntáis el tremendo paisaje andino, la bruma, el viento, la lluvia y las caras de los actores queda una escena cantidad de dramática y molonga. Por eso digo que la peli al final me ha gustado, porque mi participación en el guión creo que ha estado bastante a la altura.

Respecto a lo demás, pues como toda "road movie", es muy intensa, los paisajes son impresionantes (tengamos en cuenta que recorren gran parte de América del Sur), y además tiene un componente adicional de interés, porque los dos personajes son médicos y ya no es sólo el interés del viaje en sí, que lo tiene y mucho, sino la parte de sus experiencias médicas, sobre todo las semanas de estancia en la leprosería. Verdaderamente impresionantes.

Otro hallazgo ha sido Rodrigo de la Serna en el papel de Alberto Granado, el amigo del Che. Tremendo actorazo. A Gael García Bernal ya lo conocía y no me ha sorprendido su fantástica interpretación de Ernesto Guevara en su juventud.

En definitiva, muy recomendable. Y si os gustan los viajes, muchísimo más.

2 comentarios:

  1. A mí me pasa lo mismo con los tangos; son muy bonitos, pero al final me acabo yo imaginando lo que a mí me interesa, y me doy la razón a mí mismo, como buen letrista de tangos... jajaja

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  2. Bueno, en el caso de esta película no hay más remedio. O te inventas los diálogos o no te enteras de nada. Pero vamos, que la interactividad artística es un ejercicio la mar de saludable intelectualmente. Así mantenemos la mente creativa, que es el primer paso para mantenerla viva.

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